jueves, 3 de marzo de 2016

Giovanni Agnelli (1866-1945). FIAT, una historia empresarial a la italiana

En el artículo de hoy abordaremos el desarrollo de la industria italiana del automóvil a través de una de sus marcas más conocidas: FIAT. Se trata de una historia muy ligada a la figura de Giovanni Agnelli, uno de sus fundadores y precursor de una familia con una curiosa mezcla de instinto emprendedor, poder, lujo y desgracias personales. Todo un ejemplo de empresa familiar a la italiana.

Giovanni Agnelli, el patriarca 

Giovanni Agnelli nació en agosto de 1866 en la magnífica villa que su abuelo tenía en Villar Perosa, en el Piamonte italiano. La fortuna de la familia se remonta a la época del nonno Francesco Giuseppe, comerciante e importador de espacias y un hombre con un gran olfato para los negocios. 

Formado como militar, el joven Agnelli demostró pronto un gran interés por la mecánica. En 1892, ya casado y padre de dos hijos, regresó a Villar Perosa para dedicarse a la agricultura. Allí fue elegido alcalde la localidad, cargo que conservó hasta el final de su vida. Atraído sin embargo por la gran ciudad, en 1896 el matrimonio fijó su residencia en Turín, donde se adaptó pronto a la activa vida social de la capital.


Giovanni Agnelli en su madurez. Fuente: www.historiaybiografias.com

Giovanni se incorporó como socio capitalista a un negocio de bicicletas. A través de uno de sus conocidos, se enteró de que el conde Emanuele Carlo Cacherano di Bricherasio pretendía poner en marcha una empresa para la fabricación de automóviles. Agnelli no tardó en unirse a este grupo de promotores. Esa fortuita confluencia de intereses dio lugar, con el tiempo, a una de las compañías más estables y longevas de la historia empresarial italiana.

El nacimiento de FIAT 

La Società Anonima Fabbrica Automobili di Torino (FIAT) se constituyó en Turín en julio de 1899. Giovanni Agnelli fue designado secretario del Consejo de Administración y Ludovico Scarfiotti, Presidente. La primera fábrica se situó en las instalaciones que FIAT adquirió a una empresa de los hermanos Ceirano, pioneros de la industria automovilística en Italia. Todos sus activos y plantilla se transfirieron a la nueva compañía.

El primer modelo fabricado por FIAT fue el 3 ½ HP. Se trataba de un vehículo que tenía tres velocidades sin marcha atrás y podía alcanzar los 35 kilómetros a la hora.


Fiat 3/2 HP. Fuente: www.taringa.net

Con el cambio de siglo se inauguró en Turín la famosa fábrica del Corso Dante, a la que también se trasladó la sede social de la compañía. Giovanni Agnelli no se limitó a asistir a las reuniones del Consejo de Administración, sino que desde el primer momento se implicó en la gestión de la sociedad. Sus contactos empresariales y políticos al más alto nivel le permitieron ejercer como director general en 1902.

FIAT cotizó pronto en bolsa y diversificó su línea de productos. La compañía comenzó a crecer mediante la absorción de otros negocios del mismo sector e inició su lanzamiento internacional. Durante la Primera Guerra Mundial FIAT produjo camiones y aviones militares, motores, ametralladoras y ambulancias. Las crecientes necesidades de fabricación plantearon la construcción de unas nuevas instalaciones. En pleno conflicto internacional comenzaron las obras de la factoría de Lingotto siguiendo las directrices de las grandes compañías norteamericanas. Al final de la guerra, FIAT ya era la tercera mayor empresa industrial de Italia.


La Presidencia del grupo 

En septiembre de 1920 Giovanni Agnelli llegó a la Presidencia de FIAT en un momento lleno de incertidumbre y conflictividad laboral. Dos años más tarde se convirtió en su principal accionista. Tras un largo período de estrecheces y reducción de costes, la factoría de Lingotto entró en producción y llegó a ser la mayor fábrica del mundo en su sector.


Imagen de la fábrica de Lingotto con su característica pista de pruebas en la azotea. Fuente: www.foroparalelo.com

La implantación de una severa política autárquica tras la llegada de Mussolini al poder, en 1922, fue limitando el crecimiento exterior de la compañía. Internamente, FIAT se expandió mediante la adquisición de otras empresas o a través de la diversificación hacia otros ramos. 

Cercano al fascismo más por interés que por convicción, Agnelli fue Senador desde 1922 y consiguió para FIAT varios contratos oficiales. En 1928 fue nombrado director general de la compañía Vittorio Valletta, reputado ingeniero que con el tiempo llegó a ser uno de sus pilares fundamentales. 

Durante los años treinta FIAT se especializó en la producción de automóviles de formato pequeño y mediano. El primero de ellos fue el modelo “Cinquecento”, conocido como “Topolino” y fabricado entre 1936 y 1955.

La sucesión 

Giovanni Agnelli veía cercana su jubilación. Su único hijo varón, Edoardo, se perfilaba como su sucesor al frente del imperio FIAT. Sin embargo, su temprana muerte en un accidente de aviación a los 43 años de edad truncó las esperanzas del patriarca. Giovanni puso entonces los ojos en su nieto Gianni, que por entonces contaba con catorce años de edad.


Edoardo Agnelli. Fuente: www.villarperosa.net

Educado como un verdadero príncipe heredero, Gianni creció rodeado de lujo. Estudió Derecho en la Universidad de Turín, aunque su formación se vio interrumpida por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Alistado a pesar de la negativa de su familia, el joven Agnelli combatió en el frente ruso, en África y en Italia.

En mayo de 1939 había comenzado a funcionar la planta de Mirafiori. Durante la guerra, las factorías de FIAT en Italia fueron bombardeadas por los aliados y quedaron casi en estado ruinoso. Terminado el conflicto, el nuevo gobierno obligó a Giovanni Agnelli a dejar la empresa por su connivencia con el fascismo. Murió poco después, en diciembre de 1945. Su nieto Gianni contaba por entonces con 24 años de edad y no estaba preparado para asumir la Presidencia del imperio familiar. Vittorio Valletta fue elegido para ocupar este puesto hasta que llegara el momento de la sucesión.


Gianni Agnelli en su juventud. Fuente: http://dieworkwear.com

Ese período se prolongó algo más de dos décadas. El joven Agnelli no se dio prisa por aceptar la máxima responsabilidad del grupo. Más bien al contrario, se dedicó a viajar por todo el mundo, a codearse con celebridades y a gastar sin miramientos su elevada asignación anual. No fue hasta abril de 1966, apremiado por la jubilación del eficiente Valletta, cuando Gianni decidió dedicarse de lleno a la empresa.

La segunda generación

A pesar de las incógnitas que su trayectoria personal planteaba en el mundo de los negocios, Gianni Agnelli demostró tener ambición y trabajó con fuerza por posicionar a FIAT como la tercera compañía del mundo en su sector. Adquirió firmas destacadas como Autobianchi, en 1967, o Lancia en 1969, así como una participación mayoritaria en Ferrari. Más adelante se hizo también con Alfa Romeo y Maserati. Continuó además con la expansión internacional del grupo.


Giovanni Agnelli presidiendo una Junta General de Accionistas de FIAT. Fuente: http://www.giovanniagnelli.it

Los años setenta fueron muy crudos para Agnelli y el imperio FIAT. La compañía tuvo que hacer frente a una fuerte caída de las ventas, agravada por la subida de los precios del crudo. Los conflictos entre la dirección y los líderes sindicales fueron continuos en esta etapa. La situación financiera era muy delicada y la necesidad de liquidez acuciante. En esta tesitura, Gianni Agnelli dio entrada a un nuevo y polémico accionista: Muammar el Gaddafi. El dirigente libio adquirió el 10% de la compañía en una operación con gran repercusión internacional y que nadie, ni dentro ni fuera de Italia, terminaba de comprender. 

La situación del país era igualmente dramática. El terrorismo de las Brigadas Rojas sembraba el horror y se cebaba con especial crudeza en políticos y empresarios. Varios directivos de FIAT resultaron heridos y cuatro de ellos fueron asesinados. La compañía tenía indicios de la participación de varios trabajadores en estos episodios de violencia y promovió su despido de manera unilateral, sin tener en cuenta a los sindicatos. Ello le valió un nuevo enfrentamiento, en un pulso que se mantuvo hasta mediados de los años ochenta. Para entonces la robótica ya se ha había implantado en las cadenas de montaje y las necesidades de mano de obra eran inferiores. Llevar a cabo ese ajuste fue muy duro.

En 1985 Gianni recurrió al banco público Mediobanca para que le apoyara en la salida de Gaddafi de la compañía. Por entonces, estaba muy interesado en tomar parte en el programa espacial promovido por Ronald Reagan. Sabía, sin embargo, que esta participación resultaba incompatible con la presencia del líder libio en FIAT.

Desgracias y herencia 

El inmenso poder de los Agnelli también ha estado teñido de momentos dramáticos, como el fallecimiento en el año 2000 del primogénito de Gianni, Edoardo, a los 46 años de edad. Heredero en ciernes del imperio familiar más por designio de la naturaleza que por vocación, Edoardo nunca mostró interés por el grupo FIAT. Esta ausencia de conexión con el negocio familiar pasó el testigo sucesorio a su primo Giovanni -Giovannino- Alberto Agnelli, hijo de su tío Umberto. Formado en Estados Unidos, Giovannino se había curtido en los negocios dirigiendo el grupo Piaggio, empresa fabricante de la famosa Vespa que pertenecía a la familia de su madre. Su trágica muerte en 1997, víctima de un fulminante cáncer de estómago, dejó de nuevo vacante la Presidencia de FIAT

El patriarca se había jubilado de sus cargos en la compañía en 1996 y esta concatenación de desgracias planteó un serio problema sucesorio. Después de valorar distintas posibilidades, el “elegido” para llevar el peso del negocio fue John Elkann, nieto de Giovanni.

A comienzos de 2003 falleció Il Avvocato, como era conocido en Italia el magnate Agnelli. En medio de una importante crisis del grupo FIAT, que amenazaba bancarrota, la desaparición de Giovanni aceleró el nombramiento como presidente de su hermano Umberto, mientras continuaba la preparación de John Elkann. Nuevamente, la tragedia se cruzó en el camino de la familia, ya que Umberto falleció en mayo de 2004, también víctima del cáncer.


John Elkann. Fuente: /www.globalfamilybusinessaward.com

Luca Cordero de Montezemolo, al frente de la marca Ferrari, fue elegido entonces presidente del grupo y el joven Elkann pasó a ser vicepresidente. En 2008, a los 32 años de edad, John asumió finalmente la Presidencia, tal y como deseaba su abuelo.

Desde entonces, las cosas no han sido fáciles y los éxitos y los fracasos se han simultaneado. Por una parte están el brillante relanzamiento al mercado del modelo 500 o la adquisición de Chrysler en 2009, operación que ha convertido a FIAT en la sexta compañía automovilística del mundo. Por otra, la ruptura familiar provocada por la distribución de la herencia de Il Avvocato y la lucha en los tribunales por aclarar su patrimonio real y su destino. Demasiados intereses, demasiados bienes, demasiadas personas implicadas.


Reflexiones para la actualidad

La historia de FIAT recoge el encumbramiento simultáneo de una empresa y de una familia a las más altas cotas de poder social y económico. Tragedias aparte, esta trayectoria plagada de aciertos, errores, esfuerzo y lujo refleja una realidad que afecta a muchas compañías familiares: el clan crece, sus miembros se multiplican al mismo ritmo que el tamaño del negocio y, si las reglas del juego no se pactan previamente entre todos los implicados, la gestión se complica excesivamente y pone en peligro el futuro de la compañía. En estas circunstancias hay que saber diferenciar muy bien entre el patrimonio familiar y el generador y preservador de ese patrimonio, que suele ser la empresa. Es necesario blindar el negocio, su gestión y su dirección, para que no estén expuestos al albedrío de un grupo familiar heterogéneo y numeroso. 

La evolución de FIAT alude también a la relación entre poder político y económico, una constante en la historia de la humanidad que se agudiza si se trata de un grupo empresarial de gran tamaño y con una enorme capacidad de generar ingresos y trabajo. Una connivencia que se convierte en arriesgada cuando una de las partes implicadas doblega a la otra, como ocurrió en la etapa en que Mussolini estuvo al frente de Italia. Para bien o para mal, FIAT y los Agnelli siempre han “reinado” en Italia.

cerro@centennial.es

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